Entre los varios artículos, revistas y textos que he leído sobre la televisión pública, hay un tema importante y de mucha relevancia que no puede estar de lado, la calidad de la televisión pública.
La televisión pública de calidad se la va construyendo día a día con empeño, esfuerzo y dedicación, y desde luego apoyándonos y aprendiendo de los mejores.
En un blog que recientemente descubrí donde habla exclusivamente de La televisión Pública, encontré un artículo, calidad de la Televisión; en el que topa tópicos de importancia para un medio de comunicación público, en este caso hace referencia a la televisión pública en argentina, para crear una televisora pública de calidad.
El artículo empieza así; refiriéndose a una televisión de calidad:
Para Jesús Martín Barbero la calidad de la televisión “debe sumar la capacitación técnica, la competencia comunicativa en la construcción de públicos, un alto sentido de la diversidad social, ideológica y cultural y la capacidad para construir lenguajes comunes.
Es de calidad una televisión, que como medio masivo de comunicación, es capaz de captar la vida con sus rutinas y sorpresas, y que lo expresa con una estética propia, donde tiene lugar la continúa experimentación de sus lenguajes.”
Lo educativo es una dimensión fundamental y es ineludible para asegurar la vida democrática y la equidad social.
El ecosistema comunicativo actual exige pensar que la cultura hoy se refiere más a como los ciudadanos desarrollan una comprensión de su país que los capacite para ayudar a transformarlo, que a eventos de contenido artístico o cultural.
Se trata de formar ciudadanos capaces de autodeterminación, de respetar y convivir. Educación en televisión de calidad ya no puede tener como finalidad los aprendizajes de contenidos, no se la puede seguir confundiéndola con escolarización, sino que debe apuntar a la construcción de ciudadanos y a la promoción de un proyecto ético que incluya la pluralidad cultural del país.
Los valores por ejemplo no son un contenido sino una práctica vital que se convierte en historias que deben atravesar la oleada televisiva.
Lo cultural no es una temática para hablar de las bellas artes y el folclore, sino un campo para generar sentido público y reconocimiento como nación plural y a la vez diversa.
